viernes, 7 de noviembre de 2014

FACTORES DE ÉXITO EN EL AULA



  • A la hora de dar las Instrucciones será necesario establecer contacto visual o proximidad física con el niño asegurando así su atención. Las instrucciones se darán de una en una y éstas serán concretas, cortas y en un lenguaje positivo. Una vez se cumplan, serán elogiadas inmediatamente.

  • La explicación de los contenidos académicos debe hacerse de forma motivadora como por ejemplo, realizando dinámicas, de modo que permitan una participación frecuente.

  • Respecto a la asignación de deberes y tareas, es interesante fragmentarlas en subtareas, para poder aprovechar el período de atención que es capaz de mantener el niño y al mismo tiempo, estimular la sensación que les pueda quedar, de empezar y concluir algo. También insistir en que mantengan un orden y organización, reforzándolas positivamente, si lo realizan.

  • Ayudar a los alumnos a pasar de una actividad a otra, pues en esos momentos la dispersión es máxima y así también anticipa novedades.

  • Cuando lo vea disperso, llamar la atención con el manejo de luces, señales secretas, códigos con colores diferentes,...

  • Si observamos que pierde la atención en la explicación, acercarnos a la mesa, incluso tocarle mientras seguimos las explicaciones. Por esta razón, será conveniente situarlo en una mesa cerca de nosotros y con pocos estímulos delante que puedan distraerle.

  • Proporcionarle un refuerzo positivo cuando haya terminado la tarea aunque sólo sea por haberla acabado. El alumno verá que su esfuerzo se le recompensa.

  • En muchos casos, estos alumnos pueden beneficiarse de la máxima “menos es más”, es decir que si el alumno demuestra eficiencia en la resolución de diez problemas matemáticos y empieza a distraerse y a no mantener la atención, no es necesario cumplimentar los veinte que hemos mandado al resto de los compañeros.

  • Mostrar interés cuando esté trabajando en su mesa. Podemos acercarnos a su sitio, observarle y animarle a que siga trabajando así. De esta manera reforzaremos esta buena conducta y que pueda volver a repetirse.

  • Evitar tiempos de inactividad ya que se puede dedicar a incordiar a los demás.

  • Es interesante sentarlo con un compañero que presente un buen modelo de comportamiento.

  • Cuando lo vea inquieto, enviarlo a realizar alguna actividad para descargar energías.

  • Proporcionarle también descansos frecuentes y regulares.

  • Usar el “feedback” que ayude a los niños a hacerse 
    autoobservadores. Hacer preguntas como: ¿Sabes lo que acabas de hacer?, ¿cómo crees tu que podrías haber dicho eso de una forma diferente?

  • Hacer uso del lenguaje de la autoestima para mejorar nuestra comunicación con él. Utilizar un lenguaje positivo y evitar acusaciones, ridicularizaciones y comentarios irónicos.

  • Utilización de materiales informáticos de aprendizaje así como el uso de novedades y juegos que captarán su atención e interés. Muy importante también son las presentaciones visuales.

  • Los castigos deben ser inmediatos y tener una duración limitada. Que pierdan algunos privilegios ya adquiridos.

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